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1 de Abril de 1995
El primer párrafo es obra de una amiga mía, Ana Fuentes, así que no me echéis la culpa. Opinaba que mis historias eran demasiado pesimistas y me retó a "estropear" ese primer párrafo. Vosotros juzgaréis si lo he conseguido.
Erase una vez una familia feliz, con un chalet adosado a las afueras de la ciudad, con un perro grande y cariñoso que no paraba de hacer hoyos en el jardín y unas gemelas que apenas pasaban del año de edad. Las gemelas, Jennifer y Vanessa, crecían gordas y sanas y ya empezaban a decir sus primeras palabras. Su madre les daba de comer cuando llegó su marido.
- Toma, querido, tu desayuno. - le dijo ella mientras señalaba una taza llena de cereales Korneggs.
Su marido se dejó caer pesadamente y miró con expresión vacía el tetra-brik de leche Pascal sin que hiciese ademán de usarlo. Su mujer puso un plato de crujientes Wistas en el suelo.
- ¡Cuchi! ¡Tu Wistas! - llamó.
- Göis tas - logró decir Vanessa.
- ¿No es encantador cómo se aprende el nombre de todo lo que anuncian en la tele, querido? - preguntó ella, sonriendo.
El no contestó. Agarró el cartón de Pascal y roció los cereales con su contenido. Luego empezó a comer ruidosamente. De pronto, escupió los cereales, se levantó y comenzó a gritar:
- ¡Estoy harto de esta mierda! ¿Es que no hay nada mejor que comer?
- Pero, querido, en la tele dicen que es lo mejor-balbuceó su mujer, aterrada.
- La tele, la tele, siempre la maldita tele. ¿Es que nunca haces nada que no recomienden en ese dichoso aparato?
- Por supuesto que no, hasta ahí podíamos llegar. ¿Acaso ya no quieres ser feliz, amor mío?
El no contestó. Cogió su chaqueta, se la puso y se dirigió a la puerta.
- Porque somo felices, ¿verdad, cariño? - preguntó su mujer, ansiosa.
El la miró, suspiró y dijo:
- Sí, lo somos.
Y se subió a su BNV y se marchó.